En la actualidad hay distintos tipos de instrumentos financieros tanto públicos como privados a los que puedes acceder para activar tu negocio.
En la parte pública están créditos del INADEM con una tasa de interés muy baja para jóvenes emprendedores con montos desde los $50,000 hasta los $150,000. El gobierno de la CDMX a través de la SEDECO igual maneja créditos con tasas muy accesibles y fondos perdidos que van desde los $15,000 hasta los $50,000 si eres persona física o si estás en un grupo de personas (no empresa) pueden arrancar desde los $75,000 hasta los $250,000. Si estás constituido como empresa estos créditos pueden llegar hasta los $5,000,000 e igual con el INADEM.
En la parte privada hay distintos fondos de inversión y SOFOMES que invierten o dan créditos a tus proyectos sobre todo si ya eres una empresa constituida y estos montos pues rondan las mismas cantidades que mencioné arriba.
En los últimos años también se han hechos populares el crowdfunding y crowdsourcing que básicamente son plataformas en internet donde se pueden presentar ideas de negocio y solicitar apoyo colectivo de personas al rededor del mundo.
Para acceder a estos créditos es preferente tener dos cosas:
1 Un modelo de negocio (CANVAS) el cual te sirva de base para acceder a los montos más básicos.
2 Un plan de negocio (detalle del modelo de negocio) que es indispensable para acceder a los montos más elevados.
¿Por que piden esto? Bueno porque 7 de cada 10 negocios que se crean en el país desaparecerá a más tardar en su primer año de vida y hasta 8 en el segundo. La mayoría de estas empresas no tenían ni un plan ni un modelo de negocio.
Cuando se tiene un plan y un modelo esta relación se invierte. El gobierno y los inversionistas saben esto y como en el fondo lo que buscan es recuperar su dinero pues apuestan a lo más seguro.
Así pues a ojo de buen arquitecto puedo recomendar que antes de pensar en pedir recursos públicos o privados primero debes tener un plan o por lo menos un modelo de negocios que te sirva de base para entender cosas tan simples como qué vendes, a quien se lo vendes y si el mercado está dispuesto a pagar por eso.
Me despido poniéndome a sus ordenes para consultorías y armados de planes y modelos de negocios para sus empresas y recuerden que la arquitectura no sólo es un arte.
Arq. Israel Vázquez
Dirección de Proyectos
COORDENADA Arquitectura Comercial
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